El místico judío Baal Shem tenía una curiosa forma de orar a Dios. «Recuerda, Señor», solía decir, «que Tú tienes tanta necesidad de mí como yo de Ti. Si Tú no existieras, ¿a quién iba yo a orar? Y si yo no existiera, ¿quién iba a orarte a Ti?»
El místico judío Baal Shem tenía una curiosa forma de orar a Dios. «Recuerda, Señor», solía decir, «que Tú tienes tanta necesidad de mí como yo de Ti. Si Tú no existieras, ¿a quién iba yo a orar? Y si yo no existiera, ¿quién iba a orarte a Ti?»