A un visitante que a sí mismo se definía como «buscador de la Verdad» le dijo el Maestro: «Si lo que buscas es la Verdad, hay algo que es preciso que tengas por encima de todo».
«Ya lo sé: una irresistible pasión por ella».
«No. Una incesante disposición a reconocer que puedes estar equivocado».